Por Santiago Rojas
Desde su llegada a la selección chilena, Ricardo Gareca ha implantado un estilo de liderazgo y metodología de trabajo que ha resonado positivamente entre los jugadores, marcando un contraste palpable con la era anterior bajo la dirección de Eduardo Berizzo.
Este cambio de aire ha sido bien recibido en el plantel, donde la confianza y el compromiso parecen renovarse.
Gareca, desde el inicio, puso especial énfasis en la cohesión del grupo y la importancia de fortalecer los lazos humanos dentro del equipo.
La metodología de entrenamiento de Gareca también se ha distinguido claramente de la de Berizzo. Mientras que Berizzo favorecía ejercicios de alta intensidad y sesiones divididas por recuadros en la cancha, Gareca ha optado por prácticas más extendidas y simples, priorizando el juego de fútbol de 11 contra 11 y dejando a un lado las divisiones físicas en el terreno.
La confianza que busca darle el Tigre a los jugadores, particularmente a los históricos, para que reaviven su llama competitiva, parece estar consiguiendo su objetivo.
“Enfrentamos a una selección que fue campeona y luego subcampeona del mundo. Entonces es complicada, pero desde las complicaciones nosotros somos una selección importante también. Son jugadores de primer nivel, entonces a lo que aspiramos es hacer un buen papel. Chile está en condiciones de hacer un buen partido”, sostuvo Gareca en la previa del partido ante Francia.
“No significa que yo tenga la verdad, desde ya lo digo, pero yo creo en eso. Yo creo que los cambios generacionales se dan naturalmente, porque el jugador dejó de ser competitivo, abandonó el fútbol, arrastra lesiones o ya tiene deseos de no estar en el primer nivel”, agregó, dándole larga vida a los bicampeones de América.
03/12/2024
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