De ser nadie a muy querido, la realidad de este jugador de Colo-Colo

La reciente victoria de Colo-Colo sobre O`Higgins de Rancagua por 2-0 en el Estadio Monumental fue una nueva demostración de que los Albos fueron el mejor del fútbol chileno. A pesar de que el juego estuvo medianamente igualado y tuvo ocasiones para los dos lados, la eficacia del elenco dirigido por Gustavo Quinteros fue muy superior.

Pero hubo un futbolista que vivió este encuentro de una manera especial, no solo por el tema deportivo, sino también familiar. Se trata de Marco Rojas, extremo del Cacique, quien fue el autor de la segunda conquista en el último suspiro del partido. El portero rival había subido a buscar el empate pero un despeje y posterior pique y remate del Kiwi pasado mitad de cancha dirían lo contrario.

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“Recuerdo que, de repente, vi que el arquero y alguien más me estaban persiguiendo, vi el gol, estaba abierto, hay que probar, a veces funciona y a veces no, pero por suerte funcionó hoy”, aseguró a TNT Sports el chileno-neozelandés, quien fue el revulsivo que este enfrentamiento necesitaba, pues, además de su tanto, le dio la asistencia a Gabriel Costa en la apertura del marcador.

Por esto, Rojas no ocultó su alegría y orgullo ante el logro que como grupo consiguieron, más aún teniendo en cuenta el tremendo cambio en su vida que generó venir a jugar en Chile y Colo-Colo. Estaba el tema del idioma, la cultura, la sociedad y varias más, pero con esfuerzo consiguió avanzar de buena manera y ahora en una pieza importante en la plantilla.

Su familia

Al ser consultado por dónde se encontraban sus seres queridos en ese momento, Marco aseguró que “la mayor parte en Nueva Zelanda, algunos en Quillota acá en Chile y un par acá en el estadio", terminó, mientras apuntaba a las gradas. Ahora, todo parece indicar que el próximo año seguirá en el Popular y podría tener un rol mucho más participativo.