Mientras el Liverpool pagó 62 millones por Alisson, lo que costó Bravo al Barça

Uno de los puestos en los que le ha costado destacar al continente sudamericano a través de los años es, sobre todas las cosas, la posición del arquero. A pesar de que grandes nombres han dejado su legado en el fútbol como Dida de Brasil, Abbondanzieri de Argentina y Justo Villar de Paraguay, el talento europeo ha opacado en cierta forma al sudamericano.     

En el caso del brasileño, luego de romperla en su país, el AC Milán italiano puso sus esfuerzos en llevarlo a jugar a la Serie A, donde tiempo después se convirtió en un pilar fundamental del denominado ‘Milán invencible’, en el que destacaron figuras de la talla de Shevchenko, Pirlo, Seedorf y Maldini, por mencionar algunos.  

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Ahora en la carrera de Abbondanzieri y Villar su carrera a nivel de clubes no fue tan extravagante, si no que adquirieron más relevancia al representar a sus selecciones, con las que integraron procesos históricos, como la Generación Dorada del fútbol paraguayo rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010 en el caso del guaraní. 

Pero hay un arquero que marcó un antes y un después en el fútbol sudamericano, al menos en su etapa moderna. Estamos hablando obviamente del gran Claudio Bravo, sempiterno arquero de la selección chilena y uno de los artífices de que Chile pudiera conquistar su primer título oficial a nivel de selecciones, la Copa América 2015. Una leyenda viviente. 

Las diferencias entre una bandera y otra

Pese a que la carrera de Bravo le ha permitido ser respetado en todo el continente y el mundo entero, y jugar en grandes equipos como el Manchester City y el FC Barcelona, esto no se ha traducido en términos económicos. Mientras el Liverpool pagó 62 millones por el brasileño Alisson Becker, el Barcelona pagó 12 millones de euros por el pase Bravo, y el City 18. Un desproporción total.