La historia del penal perfecto de Matías Fernández

Si de partidos dramáticos se trata, la final de la Copa América Chile 2015 entre ‘la Roja’ y la Argentina de Lionel Messi probablemente entra en los mejores de la historia del equipo chileno, y del fútbol sudamericano. Es que Chile, que venía de poner de rodillas a Brasil en su propio mundial, recibía al equipo argentino, subcampeón del mundo, con un estadio teñido de rojo. 

Aunque la campaña de los dirigidos de Sampaoli había sido ‘casi' perfecta, los típicos fantasmas del pesimos y del ‘jugamos como nunca y perdimos como siempre’ rondaban en el ambiente. Poco importaban las miles de banderas donadas por el empresario Leonardo Farkas que adornaban el estadio: el rival era Messi, las probabilidades eran mínimas. 

Con Jean Beasejour como marcador principal del astro argentino y Arturo Vidal como el jefe natural del armado chileno, la selección chilena salió a jugar de igual a igual en el pasto del Estadio Nacional, con una selección argentina sedienta de revancha, luego de la infartante final que acaba de perder, nuevamente, con Alemania. 

Cuando todos pensaban que el partido se podía resolver a último minuto y destruir los sueños chilenos, Gonzalo ‘Pipa’ Higuaín se perdía un gol a bocajarro y, con los rosarios en la mano, Chile se encomendaba en la experiencia y el corazón de su tan admirada Generación Dorada, esa que había sabido eliminar a España de un mundial, ganarle a Inglaterra y, tiempo después, ganarle a Brasil.

El momento de Matías

Con el partido estirado a la tanda de penales, más de algún hincha al borde de un colapso nervioso en el Nacional y millones de chilenos pegados a la TV alrededor del mundo, Matías Fernández era el escogido para inaugurar las ejecuciones de ‘la Roja’. Luego de encomendarse a Dios, el volante la clavaría al ángulo con una potencia infernal. Nunca se había visto algo así. La mesa estaba servida…